La carretera de "La Cabra", ¿la más bonita de Granada?

Si a algún amigo de fuera de Granada, motero, ciclista, o simplemente de los que les gusta conducir su coche, le dijera que existe una carretera que une la Alhambra con la Costa Tropical y el Mar Mediterráneo, en sólo 65 Km, subiendo a casi 1500 metros de altitud entre montañas, por valles verdes, con un trazado excavado en roca a pico y pala, rodeado de antiguas ventas y miradores al mar, me diría que eso tiene que ser un destino turístico de primer nivel.


La carretera de "La Cabra" está colgada de la montaña


Desgraciadamente, siempre he dicho que los responsables políticos no saben por norma general en que mundo viven. Y a día de hoy esa magnífica carretera que podría atraer a miles de personas al año está dejada de la mano de dios desde hace ya demasiado tiempo, y con ella todo lo que la rodeaba en sus años de esplendor.

En este post quiero hacer un pequeño viaje en el tiempo a aquellos maravillosos años 60 y 70 cuando la carretera nacional que bajaba a la costa todavía no estaba tan desarrollada como en los 80 o 90, y para muchos granadinos "la cabra", hoy la A-4050, era la opción preferida para bajar de vacaciones a la playa.


Un poco de "off-road" por una pista fácil nos deja subir a los aerogeneradores de Parque Eólico del Padul, frente a las montañas de 3000 metros.


La historia viene de mucho antes, quizá de la época árabe para aprovisionar al Reino de Granada con productos del mar, o incluso romana para conectar la ciudad de Almuñécar (Sexi) con el resto de vías. Pero para el tráfico rodado esta carretera empezó a usarse con las diligencias y el comercio del mar a principios del S.XX, por aquel entonces camino de tierra con precipicios de infarto, el viaje tenía que ser largo, duro y peligroso. 

De aquella época podemos encontrar numerosas ventas y casas de postas, hoy ya en ruinas, como la Venta del Fraile, la más famosa, donde se hacían intercambios por los arrieros de la época y se surtía a la capital de productos del campo y el mar de la zona. 

Más adelante en los años 40, ya se ensanchó el camino a base de pico, pala y dinamita robándole espacio a las moles de roca caliza de la montaña. Posteriormente se hizo un asfaltado y aquellos pequeños Seat 600 y camiones EBRO empezaron a utilizarla como vía alternativa para bajar a la costa. Poco a poco las ventas de arrieros se convirtieron en mesones de comida para los viajeros, e incluso se instaló un pequeño surtidor de gasolina donde la carretera gira y nos encontramos el Mediterráneo de frente. Para aquellos vehículos tampoco tenía que ser fácil el camino por la escarpada orografía, más de una parada por calentamiento había que hacer. 


Subir por aquí con los "seillas" de la época, cargados hasta arriba, tenía que ser toda una aventura.


Saliendo del Puerto del Suspiro del Moro (por aquello que le dijo Aixa a su hijo Boabdil al despedirse de Granada), se toma un primer tramo recto y bien asfaltado, a través de lo que hoy es el Parque Eólico del Padul que, pasando por la susodicha Venta del Fraile y un antiguo campamento de maniobras militares, poco a poco nos mete en una zona boscosa y por la que subimos sin darnos cuenta al Alto del Legionario, a casi 1.400 metros de altitud. Desde allí una altiplanicie con curvas entre pinares nos lleva por las diversas ventas ya abandonadas. Por suerte todavía queda una abierta, el Mesón Los Prados, un lugar magnífico para desayunar o tomar un almuerzo.


No hay un metro recto


Ya desde allí empezamos a bajar poco a poco acompañados a la derecha por el Valle de Río Verde, lugar donde practicar barranquismo y visitar su cascada de árboles petrificados. Pronto llegaremos a la zona más espectacular donde la carretera empieza a retorcerse con quitamiedos de obra, paredes de roca que invaden la carretera e incluso un pequeño túnel excavado a mano. Aquí se han llegado a rodar muchos anuncios de coches. 


El túnel excavado en roca con pico y pala (Fuente: Waste Magacín)


Llegamos al Mirador de la Cabra, la antigua gasolinera, lugar de imprescindible parada ya que desde allí podemos ver toda la Costa Tropical y el Puerto de Motril. Debajo del surtidor también hay una antigua venta abandonada por donde podemos cotillear por sus habitaciones y balcones al mar. Una pena que todo esto se perdiera.


El mítico surtidor de gasolina (yo he llegado a ver gasolina normal o súper). Parada obligatoria en la época, a respostar o a bajar la temperatura del coche.


Empezamos ahora la bajada por curvas más fluidas, con el barranco delante y pasando por pueblecitos como Lentegí, Otivar y Jete. Pequeños pueblos blancos metidos entre vegetación verde de cultivo tropical de aguacate y chirimoya, con unas estupendos asadores y bares. Sorprende al viajero que hace un rato estaba en clima fresco de montaña entre peñascos y ahora de repente se encuentra en pleno clima tropical rodeado de árboles de chirimoya.


De repente salimos de la montaña y nos encontramos el Mediterráneo frente a nosotros.


Sólo nos queda el último tramo, donde ya vamos oliendo a mar, atravesando los imponentes viaductos de la A-7, hasta que "la cabra" nos deja en pleno centro de Almuñecar, a pocos metros del mar.


Ver caer la tarde por esta magnífica y solitaria carretera es un placer para todo motero


Hoy día somos pocas personas las que nos aventuramos a bajar a la costa por aquí porque hay otras alternativas mucho más rápidas, que no mejores. Pero cada vez que paso me viene a la memoria toda la historia de esta carretera olvidada. No se si será la más bonita, pero una de las más impresionantes seguro que sí.


Un día que no tengáis prisas, bajad a la playa por aquí y recordad viejos tiempos ;-)


Un saludo a tod@s y gracias por leerme!

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