El pueblo colgado de la montaña que una noche desapareció
Aunque no seamos conscientes de ello, cerca de nuestra casa siempre hay pequeños secretos de la Historia, hechos o sitios que han quedado olvidados en el tiempo. Yo tengo la manía de vez en cuando de buscar estos parajes cercanos que encierran algo, ir en moto y revivir lo que una vez ocurrió allí.
Esta vez le toca el turno a Fuentes de Cesna, una pedanía del municipio de Algarinejo, colgada de la montaña en un abrupto barranco. Y lo que allí acaeció, la madrugada del 4 de febrero de 1940, es que esa montaña se vino abajo después de unas lluvias torrenciales, destruyendo el pueblo y matando a muchos vecinos. Una desgracia en una época en la que la gente no tenía nada, en plena postguerra, y en una zona alejada de cualquier lugar habitado, tuvo que ser un momento dramático. Podéis leer la historia por internet.
Muchos años después, en los años 60, los habitantes que decidieron quedarse hicieron nuevas viviendas fuera del barranco por peligro continuo de derrumbes. Y allí se abandonó el antiguo Fuentes de Cesna o Fuentes Viejas. Por suerte las administraciones lo han recuperado y hoy se puede visitar la zona.
La ruta para ir allí, después de la aburrida pero necesaria autovía A-92, parte de Loja. Pueblo con una historia tremenda y de recomendable visita. Hoy me paro a estirar las piernas y ver una de las muchas curiosidades del pueblo, el Mirador de Sylvania, en referencia a la película Sopa de Ganso, de los Hermanos Marx de 1933. El pueblo de Loja fue caracterizado como la tirana Sylvania en su lucha contra el pueblo vecino, la democrática Freedonia. Curioso como en aquella época tan lejana, Loja era conocido en otros lares.
La ruta continua por el barrio del Frontil, por la carretera A-4154 dirección Ventorros de San José, bajo el Pico del Hacho, probablemente una de las carreteras más divertidas de circular en moto de la provincia, asfalto perfecto, curvas rápidas y guardarraíles protegidos. De allí, ya por una carretera en peor estado, nos desviamos hacia Zagra, otro bonito pueblo con un castillo en lo alto de la roca, con unas vistas espectaculares de los valles que lo rodean, puesto que ya nos hemos metido de lleno en zona montañosa. Esta carretera, la GR-5400, se torna revirada a más no poder, y se adentra en el Valle del Río Pesquera, donde podemos el Castillo de Torre Pesquera, ya abandonado.
Una vez se llega al nuevo Fuentes de Cesna, uno se puede desviar para visitar otro atractivo histórico, el Yacimiento de Villavieja, con plenas vistas al Embalse de Iznájar. Pero para llegar a nuestro destino hoy hay que buscar la calle Pista Realenga (ojo que google maps quiere tendernos una trampa por una calle imposible). Y desde allí descendemos viendo a nuestra izquierda el impresionante valle del Río Genil antes de su entrada al embalse de Iznájar, el más grande de Andalucía, y la Sierra de Loja y sus aerogeneradores al fondo. Sin duda vale la pena parar un rato y tratar de localizar los puntos que nos ofrece el paisaje.
Enseguida vamos viendo a la derecha las cuevas colgadas de la pared del barranco donde antes estaban las casas, bajamos un poco más y llegamos a la antigua plaza del pueblo, donde se puede dejar la moto a la sombra en unos aparcamientos adaptados. También veremos muchos carteles indicativos con la historia de cada lugar que nos vamos encontrando.
Una vez allí y en soledad, pasear por las calles del pueblo derruido, contemplar la montaña que cuelga encima de nosotros y pensar en como vivía aquella gente en un lugar tan retirado, después de una guerra que dejó todo en la ruina... la verdad, sobrecoge.
Además de la plaza del pueblo y su fuente, podemos ver algunas casas que todavía se mantienen en pie a duras penas, el muro de la iglesia ya comido por las abundantes higueras, o bajar al manantial que hacía de lavadero y punto de reunión de las mujeres de entonces. No tiene desperdicio quedarse allí un rato en silencio y pensar en todas aquellas historias personales que correrían por esa aldea.
Si seguimos el camino principal, una bajada pronunciada nos lleva a la Fuente del Caño, un lugar muy bonito donde hoy todavía baja la gente a recoger agua del manantial y cuyos colores sorprenden al visitante. Bien vale pegarse un trago de agua fresca y escuchar el arrullo del agua.
Me voy ya de allí con la sensación de haber encontrado lo que venía buscando, una historia muy concreta y particular, cerca de casa y ya olvidada.
Para no volver por el mismo sitio que hemos venido, recomiendo continuar la GR-5400 que traíamos dirección Algarinejo, y una vez pasado este pueblo, si tenemos tiempo desviarnos a la derecha para ver el Mirador de la Cruz o la Cascada del Zurreón en la pedanía de La Viña. Y si no tenemos tiempo... seguir recto hacia el pueblo de Montefrío, las curvas en estas carreteras no tienen fin y los parajes, sobre todo en primavera y otoño son hipnóticos. Una ruta muy motera sin duda.
Dejo mi ruta en Montefrío, a poder ser desde el nuevo mirador que eligió National Geographic como uno de los más bonitos del mundo, y desde donde se puede volver a Granada por carreteras principales. En una próxima entrada hablaré de este pueblo en concreto, junto a otros cercanos, que jugaron una papel fundamental en la Guerra de Granada.
Nos vemos en el próximo artículo. Un saludo a tod@s.
Muy chulo. Te aviso en cuanto pueda 💪🏽
ResponderEliminarGracias!
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