¿Por qué?
Cuando uno se lanza a escribir un blog tiene que haber alguna motivación detrás. En este caso mi objetivo es simple, por un lado ordenar todo el material que he acumulado estos últimos años, y por otro compartir estas experiencias y filosofía de viaje con mis familiares y amigos por si les sirve de inspiración. Como podéis ver, no son objetivos muy ambiciosos pero si muy personales.
¿Por qué un blog de viajes en moto? Pues hablo de viajes porque es mi estilo de vida, o "lifestyle" como se dice ahora, y principalmente porque considero que, por encima de cosas materiales, viajar y acumular experiencias es lo que hace crecer nuestro yo interior, estas experiencias son imperecederas porque se quedan grabadas para siempre en nuestro cerebro, y en una época que vivimos el momento, la inmediatez, el usar y tirar, creo que es importante acumular ese bagaje interior.
Para hacer un viaje, un tiempo antes tienes que leer, documentarte, planificar y preparar el material. Cuando vas circulando viendo el mundo desde tu casco, vas reviviendo todo lo que has leído, mientras intentas solventar cualquier tipo de incidencia que te surge por esas carreteras perdidas, dónde parar, dónde comer (normalmente compro comida en las tiendas locales y hago picnic en algún sitio tranquilo) dónde encontrar gasolina o dónde dormir, eso agudiza el ingenio. Y por fin, cuando acabas tu viaje, esos recuerdos frescos te acompañan durante varias semanas comiéndose los momentos de rutina del día a día. Si además usas ese material para compartirlo con tus amigos y familiares, seguramente la experiencia te dure hasta el siguiente viaje.
Viajo en moto por una pura cuestión física, se podría hacer en coche más cómodamente, sin duda, pero hace tiempo leí en un libro una frase que lo resume: "cuando viajas en coche eres un espectador de los paisajes, los ves enmarcados en un cristal, sentado en tu butaca y climatizado, como si estuvieras en un cine. En moto formas parte de ese paisaje"
Y así es, cuando vas en moto el calor o el frío lo nota el cuerpo sin remedio, los olores del campo que te rodean te inundan dentro del casco, el viento te azota si corres más de la cuenta, o incluso si estiras la pierna puedes tocar el suelo por donde vas rodando... todo eso aumenta la experiencia del viaje hasta niveles inimaginables. En mi último viaje al Valle del Jerte podía parar en el arcén, y sin bajarme de la moto, coger unas cerezas del árbol e ir comiéndolas entre esos pueblos blancos rodeados de cerezos, mas inmersivo imposible.
Además viajo en moto por una simple cuestión de practicidad, a la hora de desplazarte, la ligereza de este medio de transporte tanto por las intrincadas carreteras de montaña como cuando llegas al destino, hace que moverte sea extremadamente fácil y agradable, siempre es factible aparcar en alguna esquinita de la plaza del pueblo, sentarte a tomar un café y escuchar las conversaciones de los mayores, que por cierto, no se si será por añoranza de sus años mozos, al verte en moto pasando desapercibido, siempre acaban preguntándote de dónde vienes o a dónde vas, y contándote que ellos iban con su último modelo de Puig o de Montesa al pueblo de al lado o una vez bajaron a la playa, les brillan los ojos, supongo que en el fondo yo quiero esos recuerdos cuando sea viejo. Por cierto, no te miran igual cuando aparcas el SUV último modelo en mitad de su plaza o formas atasco porque no cabes por una calle.
Nos vemos por este blog... o por la carretera.
Llenar los años de vida 🥰
ResponderEliminarDe eso se trata, pero nadie te lo explica ;-)
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